Estaba terminantemente prohibido a los sapos saltar de un charco a otro. Era una sociedad "sin movilidad social", nacían en un charco y morían en él.
Pero el sapo rastrero no era cualquier sapo, él era vehemente, idealista, aventurero, didáctico no se conformaba con el estancamiento a que había sido obligado a vivir, él quería salir a conocer el mundo, ¡tenía las branquias bien puestas!
Fragmento del relato “El sapo rastrero” de Alí Al Haded.
Pero el sapo rastrero no era cualquier sapo, él era vehemente, idealista, aventurero, didáctico no se conformaba con el estancamiento a que había sido obligado a vivir, él quería salir a conocer el mundo, ¡tenía las branquias bien puestas!
Fragmento del relato “El sapo rastrero” de Alí Al Haded.
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