La extraña historia del tercer ojo

"Self-portrate" de Max Sauco

Avalokitesvara

En la imagen Sahasrabhuja Sahasranetra (también llamado Guan Yin), una de las formas del bodhisattva Avalokiteśvara con mil manos y mil ojos, en un fragmento de la obra del artista Alex Grey.

El Buda Amitâbha reconstruyó a Avalokiteśvara con un nuevo cuerpo con mil brazos, con un ojo en la palma de cada mano, y diez cabezas. Encima de aquellas cabezas le colocó la suya propia.

Ceci n'est pas une invention collective II (Esto no es una invención colectiva II)

Después de siglos de pintura occidental en trompe l'oeil (engaño a los ojos), René Magritte la plantea como un trompe l'esprit (engaño de la mente): “El arte de la pintura es un arte del pensamiento, cuya existencia pone de manifiesto la importancia que tienen en la vida los ojos del cuerpo humano”, escribía en “Le vrai art de la peinture”.

Buena parte de los cuadros de Magritte se pueblan de objetos y seres híbridos, a medio camino entre dos estados distintos. En realidad nos hallamos ante fenómenos de transferencia ya que uno de los objetos puede confundirse con el otro, transferencias que pretenden demostrar la fragilidad del convencionalismo del lenguaje. En La invención colectiva la mujer y el pez se convierten en una sola criatura.
(Textos de “La invención colectiva” en Artehistoria)

En la imagen, “Mujer sardina 2”, un homenaje personal a la obra L’invention collective (La invención colectiva) de René Magritte.

Extraño rostro (2)

Una silla y unas tetas.
La silla dibuja una cara y las tetas dibujan unos ojos en la composición Fingers 8 de Max Sauco

Extraño rostro (1)

Una silla, unas tetas y un pescado.
La silla dibuja una cara, las tetas dibujan unos ojos y el pescado dibuja una boca en la obra Stuhlleben (Vida en una silla) de Wolfgang Lettl

La cara humana

La cara humana tiene 28 músculos faciales alrededor de los ojos, nariz y boca implicados en la expresión emocional.

En la imagen, tres obras de la inquietante Suzzan Blac, que se define a sí misma como la pintora de las emociones. Afirma que sus pinturas están motivadas por su cólera, su dolor y su frustración. Su arte se concentra principalmente en los ojos y las bocas, porque son los instrumentos más expresivos de la emoción humana.

Los ojos de la Dama de Elche

“La Dama de Elche tiene vacíos los iris de los ojos, lo que la convierte, hasta el momento, en una excepción dentro de la estatuaria ibérica. Casi al final del proceso de su talla el escultor procedió a incrustarle las piezas previamente preparadas y que harían las veces de iris y de pupilas. Seguramente, y como en casi todo el mundo antiguo, se utilizaron materiales preciosos o semipreciosos para dar mayor viveza a la expresión de la cara”. Ver post en damaelche.blogspot.com extraído de Francisco Vives. “La Dama de Elche en el año 2000. Análisis, tecnológico y artístico”. Ed. Tilde. Valencia.

En la imagen, reproducción de la Dama de Elche en el aeropuerto del Altet.