María Teresa Murcia es propietaria de una tienda de ropa en el centro de Alicante, cuya puerta suele estar «llena de pegatinas con teléfonos de cerrajeros» que le adhieren «antes de abrir por la mañana». Enfadada, porque, «al quitarlas, se va la pintura de la puerta» y por «el tiempo y trabajo» que emplea en arrancarlas, tras realizar «numerosas llamadas» a los «20 números de móviles» que conserva, «todos evitan contestarme o dicen que ya pasarán a quitármelas o frases soeces». La señora Murcia medita «comenzar a poner denuncias en comisaría». Los propios cerrajeros, sus familiares y algunos grupos de adolescentes colocan los adhesivos. Al consultarles, en los teléfonos que ofrecen, no comunican razón social o presupuesto. Tampoco figuran asociados en la Confederación Empresarial de la Provincia.
Ismael Belda
Cóctel de clavos
20minutos.es
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