La empresa de biotecnología Allerca, con sede en San Diego, USA, comercializa gatos hipoalergénicos, es decir, sin riesgos para las personas alérgicas a los mismos.
Los experimentos se remontan a 2004, con el inicial anuncio de crear animales genéticamente modificados para desactivar el gen D1 que produce un tipo de proteína (glicoproteína Fel D1) que, diseminada a través de la saliva, el pelo y la piel de los gatos, produce reacciones alérgicas en seres humanos.
Debido a algunas dificultades legales para obtener gatos transgénicos, la producción actual se basa en un exhaustivo proceso de selección para utilizar el pequeño porcentaje de felinos que de forma natural carece de la proteína causante de la alergia (ver el artículo “La alergia a los gatos pasa a la historia”).
Hay quienes piensan que toquetear los genes puede tener consecuencias imprevisibles. Es sabido que los humanos y los gatos comparten la estructura del cromosoma X (ver el artículo de Marina Aizen “Los estudios genéticos le dan la razón a Darwin”).
En la imagen la obra Cheetahman de David Giraud [mojette]
Los experimentos se remontan a 2004, con el inicial anuncio de crear animales genéticamente modificados para desactivar el gen D1 que produce un tipo de proteína (glicoproteína Fel D1) que, diseminada a través de la saliva, el pelo y la piel de los gatos, produce reacciones alérgicas en seres humanos.
Debido a algunas dificultades legales para obtener gatos transgénicos, la producción actual se basa en un exhaustivo proceso de selección para utilizar el pequeño porcentaje de felinos que de forma natural carece de la proteína causante de la alergia (ver el artículo “La alergia a los gatos pasa a la historia”).
Hay quienes piensan que toquetear los genes puede tener consecuencias imprevisibles. Es sabido que los humanos y los gatos comparten la estructura del cromosoma X (ver el artículo de Marina Aizen “Los estudios genéticos le dan la razón a Darwin”).
En la imagen la obra Cheetahman de David Giraud [mojette]
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