"Un monstruo nacido de una oveja"
Louis Feuillée, Journal des observations physiques, mathématiques et botaniques, 1714
National Oceanic and Atmospheric Administration Libary, USA
“El monstruo cuya figura se ve aquí, parido en Buenos Aires el 26 del mes de agosto. El contraste de tres semejanzas que tenía con un niño, un caballo y un ternero, sorprendió extrañadamente a todos los que lo asistieron. Lo pedí al que me lo mostró, con la intención de examinar todas sus partes para un fiel informe; pero no quiso nunca dejármelo. Lo examiné de cerca, y dibujé, sin que se diera cuenta, sus características principales. (...)
Este monstruo tenía once pulgadas de longitud, tenía sobre la cabeza un pelo naciente, y sobre el resto del cuerpo una piel de color de carne lisa, destacando que este feto había sido prematuro; tenía una cabeza de hombre, la parte del cráneo era esférica, en el nacimiento de la parte superior de la frente salía un cuerno piedra, que colgaba abajo, y ocultaba un ojo de toro bien formado, que estaba en medio de la cara, donde tenemos la nariz, y se terminaba un poco sobre el labio superior; no lo dibujé con todo tan largo, para no ocultar el ojo que tenía este feto. El frente se proporcionaba perfectamente, no tenía narices, su boca se colocaba como nosotros, la barbilla así mismo; las orejas junto a la cabeza eran similares a las de un caballo, así como el cuello, y todo el resto del cuerpo no difería del de un ternero. La figura que lo representa aquí, grabada en el original, demuestra regularmente toda la forma exterior”
Louis Feuillée, Journal des observations physiques, mathématiques et botaniques, 1714
National Oceanic and Atmospheric Administration Libary, USA
“El monstruo cuya figura se ve aquí, parido en Buenos Aires el 26 del mes de agosto. El contraste de tres semejanzas que tenía con un niño, un caballo y un ternero, sorprendió extrañadamente a todos los que lo asistieron. Lo pedí al que me lo mostró, con la intención de examinar todas sus partes para un fiel informe; pero no quiso nunca dejármelo. Lo examiné de cerca, y dibujé, sin que se diera cuenta, sus características principales. (...)
Este monstruo tenía once pulgadas de longitud, tenía sobre la cabeza un pelo naciente, y sobre el resto del cuerpo una piel de color de carne lisa, destacando que este feto había sido prematuro; tenía una cabeza de hombre, la parte del cráneo era esférica, en el nacimiento de la parte superior de la frente salía un cuerno piedra, que colgaba abajo, y ocultaba un ojo de toro bien formado, que estaba en medio de la cara, donde tenemos la nariz, y se terminaba un poco sobre el labio superior; no lo dibujé con todo tan largo, para no ocultar el ojo que tenía este feto. El frente se proporcionaba perfectamente, no tenía narices, su boca se colocaba como nosotros, la barbilla así mismo; las orejas junto a la cabeza eran similares a las de un caballo, así como el cuello, y todo el resto del cuerpo no difería del de un ternero. La figura que lo representa aquí, grabada en el original, demuestra regularmente toda la forma exterior”
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